Estuvo bastante tiempo vagando por un pueblo hasta que le pudimos rescatar.
De su carácter destaca lo juguetón que es. Aunque ya no es un cachorro, sigue con unas ganas tremendas de enredar, corretear y jugar con otros perros. Aunque a veces es un poco gruñoncete, en general se lleva bien con los demás perros, y solo quiere divertirse con ellos. Y con las personas es muy cariñoso, un amor.
Con Hayber tendrás tanto raudales de diversión como toneladas de cariño; el compañero perfecto.